En ocasiones, hay instantes que vives en persona, en los que estás presente, que suceden delante de ti pero que, sin embargo, no tienes consciencia de que estén pasando. Ocurre, por ejemplo, con algunas miradas. Hace falta volver a casa, descargar y editar las fotos de un viaje para darte cuenta del poder que tiene una simple mirada. Recordamos perfectamente a este niño himba al que conocimos en las desérticas tierras de Namibia. Nos llamó la atención desde el primer momento, le vimos barriendo la arena del poblado, corriendo detrás de un cabritillo, jugando con sus compañeros, posando pícaro para nuestra cámara, siempre sonriente. Sin embargo, durante unos segundos su mirada cambió, una brizna de melancolía pareció posarse en sus pupilas y esa instantánea nos hizo reflexionar.
Seguro que en vosotros también despierta algo…
marzo 8, 2012
jolín esos ojos te congelan el alma. Preciosa fotografía.
marzo 8, 2012
Lo ha definido muy bien!! Gracias por seguir el blog
febrero 16, 2012
Qué profunda Patri!!
febrero 16, 2012
Momento profundo efectivamente