La cordillera de Filipinas guarda un prodigio que tiene más de 2.000 años de antigüedad: las terrazas de arroz de los Ifugao. Pero el verdadero prodigio de este recóndito lugar son la propia etnia de los Ifugao que han tallado las laderas de las montañas para sobrevivir, que las veneran como a dioses porque creen, por encima de todo, en la fuerza de la Naturaleza. Gentes que no solo no olvidan a sus antepasados, sino que los tienen presentes cada día en sus oraciones, porque son son religión, su baki.
Un pueblo fuerte, con una sempiterna sonrisa, que nos dejó huella y del que recordamos con mucho cariño a sus mujeres. Ellas nacen y mueren entre la tierra, entre el arroz y el agua. Convierten sus manos en raíces con las que día a día alimentan la tierra que, agradecida, después las alimentará a ellas.
Desde pequeñas se les enseña a amar esas montañas, aprenden a dar sus primeros pasos en el filo de las terrazas de arroz. Se crían como parte de un pueblo que les inculca el respeto por sus antepasados, donde reside su fuerza, pero un pueblo que mira también al futuro. Incluso en pueblos perdidos entre los arrozales, como Cambulo, de difícil acceso y sin ni siquiera electricidad, niñas como la de la foto aprenden a a hablar inglés.
Quizás ella de mayor abandone la cordillera pero, lo más probable, es que se quedé allí para continuar la tarea de sus madres y abuelas porque están ancladas de tal modo a la tierra que es difícil apartarlas de ella. No se retiran hasta que sus ancestros vienen a buscarlas. Han modelado incluso su cuerpo a las necesidades del terreno.
Y esas manos rudas, capaces de tirar de bueyes, de levantar muros de piedra, transmiten una ternura increíble cuando las ves trabajar. Miman la tierra, la despojan sin prisa de malas hierbas, la limpian y acicalan con sumo cuidado. De ese modo es inevitable que las montañas no les devuelvan en forma de sustento todo el cariño que ellas depositan.
Descubrirlas en su día a día, cruzarte con ellas en el camino, observarlas en silencio, recibir su hospitalidad bajo la lluvia resultó todo un placer. Conocerlas sin artificios, sin los trajes tradicionales con los parecen disfrazarse para el turista es el mejor premio a un duro trekking por los pueblos de Pula, Cambulo y Batad.
Si unas lineas sirven para homenajear a estas mujeres Ifugao, aquí van estas con todo nuestra admiración y respeto. A veces una sonrisa, un saludo sincero desde una ventana es más efectivo que muchas otras cosas. Les devolvemos la sonrisa de manera virtual para que no decaigan en la extenuante tarea de seguir tallando la montaña con cientos de terrazas de arroz sin perder de vista su creencias ancestrales.
Los lugares se ven muy lindos, pero adultos mayores trabajando es una gran pena ellas deberían hacer cosas no tan exigidas para su edad… Mujeres muy esforzadas vi las fotos y me dio pena.
Totalmente de acuerdo. Pero para ellas es lo normal, no conciben otra cosa y es su manera de vivir.
Un saludo y gracias por leerme
Precioso artículo, Patricia. No conozco el país ni por tanto a esta etnia, de manera que te agradezco que me hayas ilustrado.
Un abrazo viajero!
Me encantó este post sobre las mujeres y las terrazas de arroz. Parece que Filipinas tiene mucho más que playas paradisíacas que ofrecer… Un saludo!
La dedicación de la gente a sus trabajos, sus vidas, es algo que se ha perdido en nuestro «civilizado» mundo. Nadie trata con ese cariño a su puesto de trabajo, es más, la mayoría de las veces se detesta…
Nos pareció increíble ver a estar mujeres tan ancianas dedicarse en cuerpo y alma a la tierra que les da de comer y conocer sus historias. Tenemos mucho que aprender, mucho…
Acabo de descubrir vuestro blog y me han encantado vuestras crónicas sobre Namibia y Filipinas, dos lugares que tenemos en nuestra lista. Las fotos son preciosas, sobre todo me ha impactado la mirada del niño en Namibia.
Enhorabuena por el blog!
Saludos
Gaby
Muchas gracias!! Es un placer leer comentarios como el vuestro. Tanto Namibia como Filipinas son dos lugares muy especiales aunque eso sí muy diferentes entre sí. Os animamos sin duda a descubrirlos y mientras os decidis a cumplir esa ilusión, nosotros seguiremos escribiendo post para que sigáis viajando
Un saludo y gracias de nuevo
Patricia
Me encatan vuestras fotos y he vuelto a recordar mi viaje
Gracias Concha!! Nos acordamos de ti pero no encontramos en bar Bustamante.
Besos
las fotos son muy bonitas, filipinas nos encantó! 🙂
Filipinas es un paraíso, no solo por sus playas de postal, sino también por sus montañas talladas y por la gente más sonriente que hemos conocido hasta ahora
Saludos
Hola!
Tu web está genial, me encantaria afiliarlo en mis sitios webs de Turismo y por mi parte te pediría un enlace hacia mis web y asi beneficiarnos ambos con mas visitas.
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besoss
Muchas gracias por compartir rincones tan maravillosos! y felicidades por las fotos tan buenas que hacéis. Hasta que podamos seguir vuestros pasos, nos conformaremos con seguir el destino de nuestros primos viajeros 😉
Gracias a vosotros por tomaros el tiempo de echar un vistazo al blog!!! Si os hacemos viajar lejos sin moverse del sofá, ya merece la pena.